Friday, April 16, 2010

Mi lugar imaginario -- Quinea

Quinea es un lugar mágico que es muy difícil de encontrar. Para ir allá, se necesita caminar por tres días en la nieve, siguiendo las estrellas caídas. Quinea es un bosque grande, en que la sombra de los miles de árboles crecen en una temperatura perfecta – aunque hay sol con pocas nubes cada día, nunca hace demasiado calor. En el centro del bosque hay un lago cristalino, con agua azul que brilla con la luz del sol. Una persona que duerme a la sombra de un árbol de Quinea se despierta con el entendimiento del mundo, pero con una mirada al lago, se olvida todo. Unos animales viven en el bosque de Quinea, como conejos y ardillas, y una manada de ciervos que los humanos no pueden ver excepto en la luz de la luna llena. Los ciervos duermen en la blanda hierba cerca del lago, y el agua del lago que toman cada mañana repone sus poderes mágicos. Los ciervos son los únicos animales que duermen en el bosque – los conejos y ardillas van al campo para dormir – y por eso tienen todo el entendimiento del mundo que Quinea ofrece, y aunque duermen cerca del lago y toman el agua del lago, no se olvidan nada de su conocimiento. Eso es porque los ciervos son ciegos, y por eso no pueden ver el lago en el sentido en que se ver con los ojos. Sin embargo, los ciervos tienen un sentido de ver que es más poderoso que lo usual, y con eso sentido ellos pueden proteger Quinea de la gente con malas intenciones. Son los ciervos que deciden cuándo poner las estrellas caídas en el cielo para crear un camino que una persona pueda seguir a Quinea. Entonces, no es solamente una cosa de suerte, sino también de destino, porque los ciervos saben quién debe pasar debajo de los árboles fantásticos de su hogar, Quinea.

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